Te escribí un par de versos para que realmente la mutuedad se haga el mejor de los poemas, pero el viento se lo robó ambicioso y celoso de mi querer. Entonces probé besarte y abrazarte de nuevo pero no te encontraba en la noche, otra vez entonces me resigné a abrazar la almohada significándote en ella pero no pude más que extrañarte más y más. Y regresando como el exiliado vuelve a su lugar de origen regresé al par de versos robados y te escribí lo que sobretodo más recordaba: Te quiero...
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