He tenido el frío de las manos
en mis ojos marrones
y en cierto punto una lágrima
entonó que te era mutua y sin fin
entonces ahí por fin
pudo sonreír una caricia en mi mejilla,
y es que te extraño tanto
que lo que te extrañaba ha mutado
y todo se volvió gris unos días
y llovió la lluvia
y mojó mi gotera
e hizo un charco de poemas
Y pareciera sádico decir que te extrañaba
pero no había otra forma de recordarte
y querer que estés,
y así fue como me conformé con
en un día gris de tantos que llovieron
seguirte amando
Y he hoy dejado de cantar
y se escuchó tu voz
y se saboreó tu aroma
en mis labios azules
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