viernes, 21 de abril de 2017

Poema sin blog

El cuerpo se acostumbra
rápidamente,
los minutos pasan lentos
y los poemas se quedan en borrador
esperando iniciativa,
en las venas me recorre
una araña gigante,
mis oídos observan plantas
y cielos
mientras se escucha
el mar de a ratos
y coches pasando de fondo

Se me cae
inocentemente
el harapo
que tengo
como enterito
en tanto mi cabeza
trae memorables momentos
del ayer
mientras un montón
de materia gris
llamada tierra
me busca

A lo lejos se oye
más que un murmullo
o dos,
a lo largo
se escucha un barullo
grandote
ocasionado
por una polifonía de voces niñas,
y mi cuerpo
logra también
acostumbrarse a eso

Una luz
estrangula mi vista
pero sigo viendo
y me estaciono un momento
para ver el cartel
de prohibido estacionar

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