estar rumbo
a algún lugar extraño
de esos que varían
según el día
y la hora;
decido sentirme
y verme
de pie
en el medio de
algo extraño
que puede ser
que lo defina
como
“bondi”
pero no estoy seguro
de ello;
miro hacia atrás
y veo
de reojo,
con una vista
apenas aceptable,
mi mochila
y mi vehículo
dejados atrás,
como si nada;
en ese momento
comienzo
a cambiar,
y resucita en mí
ese ser extraño
que a veces
me reina y comanda,
empiezo
lo que aparenta ser
un monólogo
o algo raro...
Uno:
un divague
filosófico
acerca de la mierda
o de que estaba defecando,
no lo recuerdo con exactitud
Dos:
un poema de amor,
un divague
amoroso
sobre el amor
y las paradas de ómnibus
y las cosas
de la extrañeza
de extrañar
Tres:
comienzan
las bullas,
y en un alboroto
interno
me interno
en un divague
del título de un poema
y Braulio
y mis sueños
y las muertes
y el descansar
y qué sé yo
Cuarto:
no esperaba
un cuarto
punto,
puto bondi,
puto yo;
¿Qué hacen?
Me tiran con tomates,
me glorifican diciendo
“andate”,
me acarician la chota
y me la aprietan
(¡Qué dolor!)
pienso en Santullo
y digo para mis adentros
que tenía razón
cuando dijo
“Lo que mata es la humedad”
y lo expreso
hacia afuera
donde
un ex-preso
rapiña de nuevo,
pienso de nuevo en Fernando
y
“un frío que raja las piedras”,
el tiempo me pierde
y sospecho y creo
haber perdido
mi dignidad
cuando dijo
“Lo que mata es la humedad”
y lo expreso
hacia afuera
donde
un ex-preso
rapiña de nuevo,
pienso de nuevo en Fernando
y
“un frío que raja las piedras”,
el tiempo me pierde
y sospecho y creo
haber perdido
mi dignidad
¡Qué alboroto de mierda!
Un bebé llora
las gurisas me gritan divino
las viejas se quejan
de que al hablar escupo,
ah, las viejas,
¡La Vieja!
Una vieja
se tira tremendo pedo
y eso me inspira
y me aspira el oxígeno,
¡Qué Vieja Chota!
La que me tocó la chota
y se fue re chocha
En determinado momento,
terminado el ridículo,
decido volver a mi asiento
a sentarme obviamente
y absolutamente
Un bebé llora
las gurisas me gritan divino
las viejas se quejan
de que al hablar escupo,
ah, las viejas,
¡La Vieja!
Una vieja
se tira tremendo pedo
y eso me inspira
y me aspira el oxígeno,
¡Qué Vieja Chota!
La que me tocó la chota
y se fue re chocha
En determinado momento,
terminado el ridículo,
decido volver a mi asiento
a sentarme obviamente
y absolutamente