miércoles, 19 de julio de 2017

Ensayo acerca de la muerte

 Romper el hielo y declarar la muerte como fin único y verdadero de la vida, porque eso es lo que es, el fin esencial de la vida. Lo primero para discursar frente a esta declaración es que la muerte es el fin principal de la vida del individuo, no sólo del individuo corporal y único, el individuo como conjunto de sensaciones y uniones, es el lugar fijo a donde se dirige, pero no basta con decir que el individuo se dirige fijo hacia ella, nos dirigimos hacia ella, en conjunto social, en conjunto humano, es la única realidad que vivimos en unidad todos los humanos, y no solamente todos los humanos, todo ser vivo nos acompaña, mas tampoco es exclusivamente una realidad conjunta, es una actividad conjunta, por lo tanto ¿Estaríamos frente a una verdadera verdad, una verdad que al fin es comprendida por todos? Continuando con la línea, la muerte es la actividad que el Hombre realiza con total precisión y calibre, la acción que cumple más a la perfección, no se puede más o menos morir, se puede solamente morir, todo el tiempo estamos falleciendo, y quizás sea por esta causa que la muerte es la obra humana más compleja y exacta, por la dedicación y tiempo eterno que le ofrecemos, nos lleva toda una vida morir y eso es tiempo suficiente como para perfeccionar a tope dicho accionar inconsciente, el tiempo necesario para cumplir al pie de la letra sus mandatos es un respiro. Todos estamos regidos por la muerte, consciente o inconscientemente, pero lo estamos, somos muerte porque la vivimos. Frente a estas declaraciones se podría elaborar la pregunta de si se puede vivir mientras estamos muriendo, y la respuesta sería producida como negación porque sería oponerse a una acción inevitable, y desde ese punto saltaría a la luz la respuesta buscada por toda cultura con respecto al después de la muerte, y susodicha respuesta sería la erradicación de la muerte, por ende la vida, pasaríamos a afirmar que la tramoya impuesta por la sociedad de "vivo luego muero" pasaría a "muero y luego vivo". Estimando entonces todos los puntos anteriormente nombrados estaríamos a su vez afirmando la vida por contraposición a la muerte (que suponemos por ahora como verdad absoluta), sumando también a la muerte como el principio de la vida, la vida erradicaría en cierto modo a la muerte, o mejor dicho, la muerte misma se destruiría a sí misma donándole vitalidad a la vida. Entonces ¿estamos delante al concepto de "vida" como evolución de la muerte? Es probable.
 Regresando a lo ya expresado de que la muerte es el fin único del individuo resaltaríamos de nuevo, pero esta vez con resaltador flúor, que la muerte es un fin involuntario e inconsciente, los otros fines propuestos por la sociedad o por el pensamiento establecido serían fines voluntarios, pero vanos, se presentarían frente a nuestra muerte como un simple carisma, confeti y cotillón para decorar nuestro velorio, ambos son fines válidos pero solamente el fin de la muerte es el verdadero expuesta ya la veracidad de la misma como verdad, mientras las demás actividades humanas continúan siendo sin parámetro de veracidad en su ser.
 Exhibiendo que la muerte es y que nosotros también somos, osaría decir que somos muerte.
 La razón por la que la afirmativa a la pregunta milenaria de qué hay después de la muerte no podía sustentarse era su falta de base, base que se expone en este ensayo. Se tendía a suponer a este movimiento celular con el que escribo como vida, al igual que al resto de nuestras acciones humanas, y a esa vida se le agregaba un cese donde a partir de él se dibujaba otro universo y millones de leyenda, pero ahora ya podemos invertir el orden de los factores, ese cese se destruye a sí mismo por ser muerte y pasa a ser todo lo que titulábamos bajo el amparo de "ciclo vital", eso es muerte, y "el más allá" se propondría como vida (siempre suponiéndolo como lo veníamos haciendo socialmente).
 Esta es mi nueva tesis: "muero luego vivo". Primero morimos, luego vivimos, ahora estamos muriendo. Tanto el respirar, como el alimentarse y las otras cuestiones humanas similares, no son necesidades vitales, son necesidades mortales. Nunca estaremos muertos porque ya lo estuvimos sin existir, ahora que existimos jamás estaremos muertos, mas viviremos luego de la muerte. Estamos muriendo para vivir. Somos la muerte que nos devoró cuando aún no existíamos, cuando estuvimos muertos...

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