"José Gervasio Artigas Arnal fue un militar y estadista rioplatense
que actuó durante la Guerra de la Independencia de las Provincias
Unidas del Río de la Plata y que se destacó por ser el heraldo del
federalismo en el país." -Wikipedia
"Y mamado hasta las patas dijo:
<<Me gusta esa china>>
y en realidad no era otro
que el negro Ansina"
-"El día que Arigas se emborrachó", Cuarteto de Nos
Artigas, al igual que Napoleón, era puto, pero de esos putos reprimidos. Se mamaba de paisano en la puerta del Chico junto a los patovica'. Nadie sabía ni sabe acerca de su homosexualidad, pero lo cierto es que es verídico. Todo comenzó con el presbítero Dámaso Antonio Larrañaga, fundador de la Biblioteca Nacional, cuando estudiaba en el colegio de los curas. Disfrutaban de tardes de lectura al lado de la estufa, bebían té de tilo, jugaban unos Fifa y luego garchaban. El cura se gozaba, y el Gervasio también la gozaba, pero en silencio, sus viejos no lo dejaban ser puto y él aceptaba la represión. Fue creciendo y fue conociendo más curas, al gordo Pedro, el choborra Julio y el cura Tito. José seguía gozando en su adolescencia, montaban orgías en el monasterio de las monjas, pero a Artigas no le apetecían las monjas, le apetecían los curas, ellos tenían algo que ellas no tenían. La hermana Lucía decía que Dámaso le hacía sentir el santo en el pecho, y José se sentía celoso. Dámaso fue el primer amor de Artigas.
Artigas se fue apoderando de la noche y de los boliches en los alrededores de Sauce. Se dice que también ejercía la prostitución en sus horas libres con el pseudónimo Andrea, paraba unas veces en los campos sauceños, otras en Las Piedras o en el bar del Beto. Cobraba 150 el completo, pero nadie le pagaba y Gervasio debía volver siempre llorando a su casa a encerrarse y curtir unos temas de La Banda Oriental. Un día, en lo del Beto, se le acercó un negro, flaco, pelado y feo, se cargó a Andrea y terminaron cogiendo en el campo del tuerto Mario. Esa noche fue el principio de la amistad entre Artigas y Ansina. De vez en cuando se toqueteaban, pero hasta por ahí nomás, estaba mal visto juntarse con negros, pero Gervasio lo amaba, se había enamorado del negro Joaquín y nadie podía alejar ese sentimiento del corazón de Artigas. Eran solamente amigos, pero había algo más, al menos de parte de José, porque cuando Gervasio quiso formalizar la relación el Ansina lo dejó en la Friend Zone mientras le cebaba un mate. José halló consuelo en su prima Rosalía, eran unos pibes, no sabían qué hacían, y se casaron y tuvieron una familia. José por las noches lloraba y no le hacía el cumplido a Rosalía, él seguía sintiendo a Ansina en su corazón (y en otras partes). La inactividad sexual forzada por José Gervasio y la muerte temprana de sus dos hijas hizo perder la cordura de su mujer y prima. Un cacho después volvió a los blandengues de los que se había separado un cacho antes, que tranzaban ticholos en el Chuy.
El 18 de mayo de 1811, para festejar la victoria sobre los españoles, llamaron putas los gauchos, y Artigas de nuevo se encontró vacío, solo y reprimido.
Pasaron los años y nunca halló consuelo. Con el pretexto del "Éxodo Oriental" se fue a probar las pulperías gay del Ayuí. El pueblo, firme y confiable, le siguió. A Artigas no le quedó otra que reprimirse cada vez más y más.
En el Paraguay murió el viejo puto, reprimido y mateando angustiado junto a su amor platónico: el Negro Ansina.
Toda otra información acerca de la homosexualidad reprimida de José Gervasio Artigas fue perdida entre el espacio temporal y las memorias oradoras de la gente, no se pudo recavar más que lo anteriormente dicho.
Artigas se fue apoderando de la noche y de los boliches en los alrededores de Sauce. Se dice que también ejercía la prostitución en sus horas libres con el pseudónimo Andrea, paraba unas veces en los campos sauceños, otras en Las Piedras o en el bar del Beto. Cobraba 150 el completo, pero nadie le pagaba y Gervasio debía volver siempre llorando a su casa a encerrarse y curtir unos temas de La Banda Oriental. Un día, en lo del Beto, se le acercó un negro, flaco, pelado y feo, se cargó a Andrea y terminaron cogiendo en el campo del tuerto Mario. Esa noche fue el principio de la amistad entre Artigas y Ansina. De vez en cuando se toqueteaban, pero hasta por ahí nomás, estaba mal visto juntarse con negros, pero Gervasio lo amaba, se había enamorado del negro Joaquín y nadie podía alejar ese sentimiento del corazón de Artigas. Eran solamente amigos, pero había algo más, al menos de parte de José, porque cuando Gervasio quiso formalizar la relación el Ansina lo dejó en la Friend Zone mientras le cebaba un mate. José halló consuelo en su prima Rosalía, eran unos pibes, no sabían qué hacían, y se casaron y tuvieron una familia. José por las noches lloraba y no le hacía el cumplido a Rosalía, él seguía sintiendo a Ansina en su corazón (y en otras partes). La inactividad sexual forzada por José Gervasio y la muerte temprana de sus dos hijas hizo perder la cordura de su mujer y prima. Un cacho después volvió a los blandengues de los que se había separado un cacho antes, que tranzaban ticholos en el Chuy.
El 18 de mayo de 1811, para festejar la victoria sobre los españoles, llamaron putas los gauchos, y Artigas de nuevo se encontró vacío, solo y reprimido.
Pasaron los años y nunca halló consuelo. Con el pretexto del "Éxodo Oriental" se fue a probar las pulperías gay del Ayuí. El pueblo, firme y confiable, le siguió. A Artigas no le quedó otra que reprimirse cada vez más y más.
En el Paraguay murió el viejo puto, reprimido y mateando angustiado junto a su amor platónico: el Negro Ansina.
Toda otra información acerca de la homosexualidad reprimida de José Gervasio Artigas fue perdida entre el espacio temporal y las memorias oradoras de la gente, no se pudo recavar más que lo anteriormente dicho.
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