Algún día
me despertaré y respiraré,
mientras tanto seguiré muriendo
a cada pulso celoso
recelando el puño,
tejiéndote
de manera intermitente
en papeles flojos y amarillentos,
entre el polvo te seguiré buscando
y aparecerás de a ratos
como siempre lo haces
Te recalco por las nocturnidades
en un sucucho semi abrigado
y casi habitado,
por momentos escondido
por la soledad,
te recalco y tatúo tus ojeras
y enciendo un televisor reventado de estática
entonces comprendo que debo escribirte
aunque no haya luna ni sol,
ni natura ni artificio,
ni humano ni poetas,
entonces comprendo que estás aquí,
en cada puntito que proyecta mi ojo amarronado
Ahora ya eres mi habitación
y todo lo que ella sostiene,
me contienes y abrazas
y mis brazos tiemblan
al no poder hacerlo
Afuera chiflan las motos
y un saco atrapado en la pared
se incorpora
materializa su sombra
y trata de ser poema,
mas yo no le dejo
estorbar tu trazado camino
Ni Uruguay, ni Nueva York,
sólo Universo equidistante,
analfabeto y desnudo,
donde nos amamos
sin saber que existe la materia
o en algún universo paralelo
nuestros cuerpos nos visten
Caligrafico tu sonrisa
en lo oscuro de la madrugada
cuando el insomnio no existe
y tu nombre se expande y bifurca
desde la tapa caduca de una cuadernola
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