jueves, 8 de junio de 2017

Verdadera función

La sangre se cierra,
las butacas se apabullan,
rebotan ideas,
salpican y no saltan,
rebotan reflejados
destellos de luz purpúrea
que trastocan
sin querer queriendo
mi desalmada espina,
mi frente sufriente
gime
y calcula perversamente
si caer en el llanto
o no

Llora el pájaro
que sin volar
aulla
como esta ciudad,
el gran aposento reptil
edificado en edificios floreantes
con humo refinado
y chicles de piso de pisar

Sigo mi migo
y no sabe dónde ir
pero sí dónde llegar

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